Una mañana me levanté impresionada por el sueño que había tenido durante la noche. Era un sueño bonito, dulce, lleno de emoción, y no lo quise olvidar. Entonces pensé que una buena manera de no hacerlo sería si lo plasmaba en un papel, y así lo hice.
Poco a poco el sueño se fue haciendo más grande y tomando vida propia, y de él nacieron personajes de ensueño que me hicieron reír, llorar y volver a soñar. Me atraparon en su historia, en sus vidas y en sus sueños y, sin apenas darme cuenta, el sueño de una noche se convirtió en un sueño para leer.
Me gustó tanto la experiencia que quise compartirla con más lector@s de sueños, y uniéndome a otras soñadoras creamos este lugar mágico en el que podréis encontrar nuevas historias, las nuestras, y también las de otros soñadores.
Con gusto os invitamos a entrar para haceros partícipes y tratar de haceros soñar con nosotras y que compartáis aquí también vuestros sueños.
Para
una tarde de lluvia, nuestra recomendación es estar tranquilamente en el sofá
con una buena lectura en las manos. Hoy le ha tocado a “Un cuento de Brujas”,
de J. R. Moreno, un relato corto lleno de magia que nos adentra en un mundo de
fantasía para disfrutar de la valerosa inocencia de los más pequeños contra las
malvadas brujas que quieren robársela.
En esta
fábula encontrareis un bosque encantado, calabazas vigilantes y trolls guardianes,
hadas, magos y brujas, pero sobretodo encontrareis a valientes “principitos”
dispuestos a darlo todo por proteger a los suyos. Un cuento para disfrutar
tanto en soledad como en familia, porque los sueños también se pueden compartir.
Espero que
os guste tanto como me ha gustado a mí y que os transporte, como a mí, a ese
rincón escondido en la imaginación en la que todo está permitido, hasta
volver a ser niño por un rato. Seguid soñando amigos.
Sinopsis
Cuenta
la leyenda que en las aldeas cercanas unas terribles brujas acechaban el lugar,
llevándose consigo a todos los niños que no permanecían dormidos después de las
diez de la noche. Volando en sus escobas, olían a grandes distancias a esos niños
que aún permanecían despiertos y entrando por balcones y ventanas, secuestraban
a los niños para tenerlos como sirvientes en su guarida, en la montaña maldita.
Alrededor de aquella montaña, había un bosque encantado y todo aquel que se
atreviese a cruzarlo se convertiría en piedra, dejando así indefensos a los
pobres padres que trataban de rescatar a sus hijos. Las brujas además de tener
a los pobres niños como sirvientes, dejaban de alimentar a los que se iban
haciendo mayores, dejándolos encerrados y abandonados a su suerte. Los habitantes
de la aldea, en su inmensa mayoría leñadores, empezaban a desesperarse, porque
entre los niños que se llevaban las brujas y los habitantes petrificados en el
bosque, todo parecía estar perdido para ellos.
“…A
menudo creo que ése es el error de los adultos, que dejan de soñar y es ahí
cuando pierden la inocencia…”
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